miércoles, 15 de julio de 2009

Pamplona y Donosti

Estoy mayor. No es que nunca haya sido un festero irredento, pero por lo menos cuando veía a los veinteañeros de fiesta no me recordaba a mi padre. Y es que Pamplona ya se me ha quedado desfasada. No me veo yo en ese ambiente en el que el olor a alcohol se puede cortar con un cuchillo y hay la misma gente por los suelos que de pie. Yo ya estoy para el aperitivo, el paseíto, los toros y, en resumen, para los Sanfermines de día, no los de noche.

De todas formas, el ambiente es alucinante, sobre todo conforme se va acercando la hora del encierro, y cómo se pone el recorrido (con gente desde las 6 cogiendo sitio en la segunda fila de barreras) y la plaza. La fiesta se masca en ese momento, y el respeto al buen corredor y al toro. Sobre todo al toro. Lo que pasó en el encierro del viernes es de sobra sabido. Vaya desde aquí mi más sentido pésame a la familia de Daniel Jimeno, un corredor experimentado al que la peor de la suertes se llevó por delante mientras hacía lo que más le gustaba, correr un encierro.

Tras un copioso desayuno en un bar del que no recuerdo el nombre aunque creo que sabría volver (un "completico" que constaba de dos huevos fritos, patatas, bacon y tomate frito), partimos hacia Donosti.

Autopista, por supuesto de peaje, y una hora después entrábamos en San Sebastián, que a primera vista me recordó a cuando entré en Niza. Se respira señorío por los cuatro costados de la ciudad, que destila el ambiente de destino turístico de lujo de antaño. Pese a ello, combina la modernidad con el sabor añejo, a veces demasiado bruscamente, como en el caso del Kursaal, que rompe el entorno clásico del río Urumea enfrentándose al pasado, encarnado por el Hotel María Cristina y el Testro Victoria Eugenia, al que ha terminado por sustituir para los grandes eventos.

La parte vieja merece un capítulo aparte. Si alguien hiciera un parque temático del pintxo y la tapa, debería inspirarse en la parte vieja de Donosti.

De todas formas, lo que me llamó la atención es que para ser una "parte vieja" no es el típico barrio intrincado y laberíntico al que estamos acostumbrados. Las calles parecen las de un ensanche, pero más cortas, estrechas y peatonales. Eso sí, rezuma sabor a viejo. Y lo que más sabor rezuma son sus tabernas , cada uno con sus especialidades y sus pintxos estrella, y también sus públicos objetivos.


Referido a esto último, nos encontramos con el Aralar, un sitio dirigido al guiri, sin concesiones a la novedad, el pintxo-garrafón en su máxima expresión, el A fuego negro, fusión de cocina de vanguardia y pintxos, o dicho de otra for
ma, el sitio donde un gafapasta que se precie de serlo puede sucumbir a la tentación de comerse un pintxo sin perder un ápice de su gafapastismo y tener que ir a donde el resto de los mortales.

Luego están los puristas. Eso de puristas nunca me ha gustado, porque me parece que es una forma de autoexclusión por sublimación, intentando aparecer por encima del resto, que no son puristas y están contaminados por influencias externas. En todo caso, era donde mejor estaban los pintxos. En este apartado hablaría de Bernardo Etxea como el que más me gustó, sin olvidar Casa Vergara. Recomendables los dos, y si alguien va, que avise. Eso sí, antes hay que ir a La Mejillonera, que los mejillones al vapor están muy ricos.

Y ahora un aviso a todos los donostiarras de bien, y a los de mal. Amenazo con volver, y a no tardar mucho. Sí, nenita...

5 comentarios:

Miki dijo...

Yo no he estado nunca en sanfermines aunque siempre me ha encantado el tema de los encierros. Recuerdo que cuando era estudiante me ponía el despertador para verlos y ahora no puedo verlos porque ya me pilla fuera de casa.

En cuanto a Donosti yo llevo demasiado sin ir y por nombres no me acuerdo de los sitios aunque a muchos me pasa como a ti, que sabría volver.

Y la última frase me la tendrás que explicar ;-)

Sergio dijo...

La última frase es porque estuvimos con una coña de Barry White todo el fin de semana. Una bromilla privada sin importancia...

Y ya sabes, cuando vayas a ir, avisa ;-)

Anónimo dijo...

Si nenita, sé que te molo !!

David S. dijo...

Como se lo pasan algunos mientras otros cambiamos pañales y de mas menesteres padrazos jajajajaja

;P

El que apaga las subestaciones dijo...

JoCENSURADOder como viven algunos.

Desde que mi jefe me quitó de viajar, ni turismo gastronómico, ni cultural, ni nada de nada. Todo lo más lejos que me mandan es a la Alcarria. Pero no se lo digais, que creo que hay un proyecto en el Sahara y yo puesto al sol me desintegro cual vampiro.