domingo, 5 de julio de 2009

U2 360º TOUR. 2 de Julio de 2009

Ya me puedo morir tranquilo. Si no lo he visto todo, poco me queda por ver, porque lo de el jueves en el Nou Camp fue de lo que no te puedes morir sin ver. Simplemente maravilloso.

El día fue movido, además de especialmente caluroso, con vuelo a Girona, de Girona a Barcelona en bus, bañito en la piscina del hotel y visitas turísticas obligadas a la terraza del Zürich (en Plaça Catalunya) y al Passeig de Gràcia con las casas Batlló y Milà (la Pedrera), para terminar el tour en la Sagrada Família, donde tomamos el metro hasta Collblanc, la parada más cercana al Camp Nou.

El ambiente en los aledaños del Camp Nou era de gala. Mucha gente, mucho ruido, muchas cervezas, bastantes reventas y muchas colas para entrar cuando ya empezaba la primera canción de Snow Patrol, lo que daba más ambiente si cabe.

No soy el más apropiado para hablar de Snow Patrol, porque sinceramente, me sonaban pero no los conocía lo suficiente. De todas formas, estuvieron muy correctos y calentaron a la gente, que es de lo que se trata en estos casos. Eso sí, la puntualidad con que salieron a tocar (a las 20:30 en punto escuchaba el principio de su actuación) indicaba que todo estaba muy bien previsto. Al segundo.


La primera cosa que me llamó la atención fue lo grande del escenario que ha preparado U2 para esta gira, y lo segundo lo arriesgado que debe ser su montaje y su mantenimiento. Como prueba, la siguiente foto, en las que dentro del círculo rojo, pueden verse las piernas de un técnico que colgaba de la pantalla intentando solucionar un problema con una de las partes de la misma.

¡¡¡Y aún dicen que el pescado es caro!!! La solución a si al final mereció la pena, al final del post.

El concierto
A las 22:00 en punto, se apagaban las luces y U2 salía al escenario. Primero, Larry Mullen que se sentó a la batería y comenzó con Breathe, al que se unieron Adam Clayton y The Edge según orden de entrada, para terminar apareciendo Bono desde debajo del escenario. Clamor general.

Así comenzó el repaso al último disco, del que parece que se querían deshacer cuanto antes, o no se entiende tanta prisa por quemarlas. El caso es que tocaron, por este orden, No line on the horizon, Get on your boots y Magnificent seguidas y sin casi solución de continuidad.

A partir de ahí, y con el ambiente caldeado, empezaron a desgranar éxitos de toda su carrera, desde Beatiful Day a Party Girl, pasando por Desire con homenajes a George Harrison y Michael Jackson insertados en las canciones y Bono invitando a una chica (no le afeo el gusto) en Party Girl a la que invitó a cava sobre el escenario.

Después de esto, se vivió un momento "histórico", como fue el interpretar por primera vez en un concierto Electrical Storm, que editaran en el álbum The best of U2. 1990-2000. No estuvo mal, la verdad. Después de esto, otro baño de masas con In the city of binding lights, donde un gran halo de luz iluminaba el cielo de Barcelona y Vertigo, que hizo vibrar los cimientos del Camp Nou.

Llegado este punto, y sorprendiendo a propios y extraños, interpretaron una versión bailable de I'll go crazy if I dont't go crazy tonight que la verdad es que tenía muy buena pinta. A mí por lo menos me gustó. Siguieron con Unknown caller con karaoke incluido y después pasaron a los grandes clásicos: Sunday bloody Sunday, Pride (in the name of love), The unforgettable fire y Where the streets have no name, para mí, el momento cumbre del concierto. Terminó el concierto con One, que puso la carne de gallina a los pocos que no la tenían para entonces. Bueno, no terminó, quedaban los bises.

Para los bises guardaron Ultraviolet, del album Achtung baby, With or without you, Moment of surrender y para terminar, la versión editada en el último disco de
I'll go crazy if I dont't go crazy tonight. Un buen broche para un gran concierto.

El escenario
Mucho se ha hablado del escenario, y la verdad es que es realmente espectacular, aunque le veo algunos fallos. Para empezar, no es giratorio, como se había vendido en un principio. El escenario en sí es pequeño, y tiene un par de pasarelas que llevan a un pasillo exterior, por el que sí es verdad que se pasearon bastante, pero de giratorio nada. Así que el que está detrás del escenario, ve la mayoría del concierto "de espaldas", eso si están detrás, que si están en diagonal al concierto, las patas de la garra tapan bastante.

Eso sí, los efectos son buenos, la pantalla es espectacular y el sonido limpísimo (aunque no en todas partes, por lo que me dijeron). En todo caso, y estando muy muy bien, no es lo que vendieron en un principio, con un escenario giratorio y visibilidad perfecta desde todo el estadio, que sí que pueden vender al completo, por cierto. Y nos queda una duda: ¿pudo el arriesgado técnico arreglar el fallo en la pantalla?
La respuesta es no, pero tampoco nos vamos a poner tan exigentes. Bastante hizo el técnico un cuarto de hora colgado a 20 metros del suelo.

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