miércoles, 4 de noviembre de 2009

El carrito del helao (XIX): Qué daño hizo el Gran Wyoming...

Puede que el título de esta entrada resulte sorprendente, porque tampoco es que El Gran Wyoming haya hecho a la Lideresa ser como es, pero sí que creo que tiene cierta parte de culpa en que todos los españoles nos hayamos dado cuenta demasiado tarde.

En los tiempos de Caiga quien caiga, un nuevo formato televisivo (en España, era de importanción argentina), posiblemente venía bien el tener una serie de personajes fijos de los que reírse cariñosamente, haciéndolos pasar por inocentes indocumentados cuando de indocumentados tenían poco, pero de inocentes no tenían absolutamente nada.

Tengo que reconocer que El rincón de Espe, la sección que tenía Pablo Carbonell en CQC era divertida, pero al final el trasfondo era siempre el mismo: hacer ver que Esperanza Aguirre, en aquél entonces ministra de Cultura, era una pobrecita que no sabía de nada y era pura inocencia. Nada más lejos de la realidad.

Aunque no voy a dudar de que al primero al que se la metió doblada la lideresa fue al propio Wyoming, que no creo que la tenga en un retrato en la mesa de su despacho en La Sexta precisamente. Si acaso, le pega más detrás de la puerta y con una serie de agujeros que dan cuenta de su puntería. Le salió bien la jugada a la lideresa.

Desde entonces, la Dame Commander ha demostrado que sabe más que los ratones coloraos, sobre todo en lo que se refiere a malmeter y conspirar, y que su pretendida inocencia no era más que una pose. Desde el caso de los tránsfugas Tamayo y Sáez hasta la última con el tema de Cajamadrid, pasando por toda una colección de actuaciones cuando menos polémicas, como el caso del espionaje, todo el tema del hospital de Getafe y tantos y tantos otros.

Ahora se ha plantado delante de Rajoy, como no podía ser de otra forma. Ayer "excusó" su presencia en el Comité Ejecutivo del PP alegando que como iban a hablar del caso Cobo, si ella no asistía podrían hablar con más libertad. A mí lo que me parece es que no quería que Cobo le sacara los colores delante de todos, además de librarse de que Rajoy también lo hiciera. Además, así tenía la atención de los medios (que corrieron a preguntarle por su ausencia) y podía presentarse como la víctima de todo este tema, cuando lo que ha pasado es que la han pillado intentando controlar Cajamadrid por la cara, a través de su lacayo Ignacio González.

Eso sí, que no piense Rajoy que ha ganado, porque la Dame Commander no hace prisioneros.

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